Solita vengo con las manos vacías, buscando besos.
La pena tengo colgada en los abrazos, los pies ilesos.
Camino en busca de la luz de tus ojos, es mi alegría.
Las mil caricias que nos dimos jugando, sin noche fría.
Éramos presos de un tiempo de pasiones, sin fin el día.
Dulces los sones, alegres las sonatas, melancolía.
Sobre el recuerdo cabalgan ojos de alas, vuelan contentos.
Mirando solo los ratos más alegres, no quiero cuentos.
Jugueteando las manos se te acercan, dedos traviesos.
Con la mirada, cómplices nuestros ojos, algarabía.
Muchos recuerdos de cálidos momentos, miles o cientos.
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Este poema ha quedado finalista en el XII Certamen Poético internacional de rima en jotabé