Sobre la cumbre
de un mal día,
dejé abandonados
gélidos minutos,
punzantes como dagas de hielo y frío.
de un mal día,
dejé abandonados
gélidos minutos,
punzantes como dagas de hielo y frío.
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Se recorta la silueta
del silencio
sobre fondo de voz poema.
¡Escucha!
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