En la ciudad de los días grises, todo es monotonía y rutina aburrida.
Los transeúntes pasean sin mirar, caminan sin ver, no se detienen por nada. Ven pegado a sus pies y sus terminales telefónicos, dispositivos electrónicos, ventanas a mundos preconcebidos y precocinados. Su objetivo solo es llegar a su objetivo. Sus trabajos grises, son todo su mundo.
Vuelven por las noches a sus hogares en blanco y negro, cenan un bocadillo de fría mortadela y se acuestan en sus pétreas camas, para dormir un sueño solo reparador, carente de ensoñaciones y fantasías.
Pero en un recóndito rincón de “Villa Gris”, vive Palabras, una bonita adolescente cuyo mundo es leer y volar. Encontró una vieja y destartalada Biblioteca, cerrada a cal y canto, con un cartel que dice:
“Cerrado por abandono”.
Todos los días, visita y limpia un poco el lugar. Ordena libros, coloca estanterías y va creando un entorno agradable.
El mundo tiene que recordar lo maravilloso que era leer un libro.
Un 10 de Mayo, con el sol detrás de las nubes grises, Palabras decide abrir las puertas de la Biblioteca. Coloca un cartel en la puerta, escrito con un grueso pincel que dice.
“Biblioteca pública: pasa y vuelve a soñar”
Al principio los seres grises no se percatan de la novedad, hasta que un niño de carita redonda y ojos despiertos se queda parado ante la cristalera de la Biblioteca, donde luce un hermoso libro, cuya portada son globos de colores.
Su madre tira del brazo sorprendida, voltea la cara, buscando lo que mira su hijo, y también se queda paralizada ante el colorido del libro……y entran.
Palabras les recibe con una sonrisa y un bonito saludo: “Bienvenidos, no se olviden de soñar”.
Parece que las cosas empiezan a cambiar.
Relato enviado a María, para la celebración del 69 aniversario de la Biblioteca Pública de El Barco de Ávila. 10 de mayo de 2019
Los transeúntes pasean sin mirar, caminan sin ver, no se detienen por nada. Ven pegado a sus pies y sus terminales telefónicos, dispositivos electrónicos, ventanas a mundos preconcebidos y precocinados. Su objetivo solo es llegar a su objetivo. Sus trabajos grises, son todo su mundo.
Vuelven por las noches a sus hogares en blanco y negro, cenan un bocadillo de fría mortadela y se acuestan en sus pétreas camas, para dormir un sueño solo reparador, carente de ensoñaciones y fantasías.
Pero en un recóndito rincón de “Villa Gris”, vive Palabras, una bonita adolescente cuyo mundo es leer y volar. Encontró una vieja y destartalada Biblioteca, cerrada a cal y canto, con un cartel que dice:
“Cerrado por abandono”.
Todos los días, visita y limpia un poco el lugar. Ordena libros, coloca estanterías y va creando un entorno agradable.
El mundo tiene que recordar lo maravilloso que era leer un libro.
Un 10 de Mayo, con el sol detrás de las nubes grises, Palabras decide abrir las puertas de la Biblioteca. Coloca un cartel en la puerta, escrito con un grueso pincel que dice.
“Biblioteca pública: pasa y vuelve a soñar”
Al principio los seres grises no se percatan de la novedad, hasta que un niño de carita redonda y ojos despiertos se queda parado ante la cristalera de la Biblioteca, donde luce un hermoso libro, cuya portada son globos de colores.
Su madre tira del brazo sorprendida, voltea la cara, buscando lo que mira su hijo, y también se queda paralizada ante el colorido del libro……y entran.
Palabras les recibe con una sonrisa y un bonito saludo: “Bienvenidos, no se olviden de soñar”.
Parece que las cosas empiezan a cambiar.
Relato enviado a María, para la celebración del 69 aniversario de la Biblioteca Pública de El Barco de Ávila. 10 de mayo de 2019
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