Sobre mi otoño tiempo que se derrama tan apacible.
Recorre el aire susurros de un minuto que ya es audible.
Voces al viento que te gritan mi nombre. Sordos oídos.
Oscuros días traen gama de grises, tiempos temidos.
De luz se vuelven cuando nacen caricias, ratos queridos.
Sonatas dulces nos acunan las noches, nobles sonidos
Camino firme por tiempo vespertino, sigo soñando.
Tinta que fluye sobre oníricos lienzos, “palabreando”.
Atrás yo dejo los más negros presagios, lugar terrible.
Llegaron días de piel que se despierta, vivos sentidos.
Ahora crezco con raíces de versos, vivo rimando.
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