El tiempo mata lo que
no queremos,
pero nos deja el cadáver.
La distancia lo entierra
bajo capas de angustia acumulada,
pero de vez en cuando aflora
a la superficie.
Vivir con los restos de naufragios
que se quedaron prendidos
en el aliento de un llanto
y el gemido del miedo.
(No me limpies aún los
ojos,
necesito seguir derramando
lluvias acumuladas).
Aprender a mirar de
otra forma,
sin olvidar lo que
fue
pero con los ojos
llenitos de mañana.
Es que siempre quedará el "rescoldo"...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Hermoso y profundo poema Horten, muy bueno¡¡
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