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¿Que es Entre Palabras?

Este es un espacio donde poner en orden todas las palabras que se agolpan en mi cabeza, en forma de poemas, pensamientos, reflexiones... todo lo que aquí está escrito es de mi autoría, y si algo no lo es nombro al autor.

- Haijin de poesía Japones y Senpai conseguido en la escuela de poesía japonesa "Sociedad secreta del Haijin" con Logan // Sensei de poesía japonesa en el Taller "Haru no Mizu" en Poémame.com

- Responsable del departamento de Rima Jotabé Oriental

- Editora y coordinadora de comunidad en poémame

Amante de la palabra en todas sus formas.
Soy Hortensia Márquez Chapa. ¡Bienvenido/a!

lunes, 24 de septiembre de 2018

Tesoros de verano




Sentada frente a la ventana pensó lo mucho que había cambiado todo. No quedaba nada de lo que recordaba haber vivido en su infancia. No era sólo su edad, era el mundo.

Recordó, saboreando con placer, aquellos maravillosos veranos de su niñez. El mes de julio al pueblo con los abuelos. Los baños en el río, las barbacoas en el patio lleno de plantas. ¡Cómo se enfadaba la abuela si rozabas las flores! Jugar en la calle hasta las tantas, sin importar horarios. Y luego en agosto a la playa. Solo 15 días, papa decía que salía demasiado caro pasar el mes entero. La arena de la playa, los chapuzones en el mar, jugando con Marcos en la tabla. Las paellas del chiringuito. Casi podía oler todos aquellos aromas.
Ahora, a sus 65 años, sola en el mundo. En un mundo que no reconocía. Donde ya apenas había estaciones. El cambio climático había hecho estragos en los últimos 300 años. Habría preferido morir que vivir todo aquello.
- Señora María – dijo el médico - siento comunicarle que hemos detectado una enfermedad de reciente descubrimiento, muy grave y de la que aún se desconoce la cura. Ya sé que la noticia es terrible, pero hay esperanzas. Como sabrá, el gobierno acaba de aprobar la hibernación para enfermos con enfermedades como la suya. Se espera despertar a los pacientes cuando se halle la cura. Su enfermedad está entre las aprobadas para ser costeada por el estado.
Aquello fue como un mazazo en el alma. Quedarse con los suyos y morir en breve o dormir hasta…..¿quién sabia hasta cuándo?
Sus hijos se empeñaron en que aprovechara la oportunidad, hibernar estaba al alcance de muy pocos, aún era muy caro, y ella podía.
- No seas tonta mama – decía su hija Ana – quien sabe, igual tenemos un golpe de suerte y podemos hibernar alguno. ¿Te imaginas encontrarnos después de 100 años? Te queremos mucho, y aunque sabemos que quizá no podamos volver a verte, si te mueres ya sí que no te veremos nunca más.

Ahora estaba allí 300 años después, sola, con unos parientes a los que no conocía y en un mundo donde ya no había veranos en el pueblo ni en la playa. El sol era tan peligroso que salir fuera durante las horas de más calor estaba prohibido.
Si cerraba los ojos, casi podía sentir el roce de la mano de su madre cuando acariciaba su cara. Podía percibir el aroma de la piel de sus hijos el día en que nacieron. La imagen de su compañero junto a ella. Le perdió pronto, desapareció un día de abril. Un infarto dijeron.
Solo quedaba soñar, soñar con aquellos veranos donde un simple chapuzón en el río o en la playa constituía todo un tesoro.



( ( I Concurso de relato corto “Sueños de verano”, patrocinado por la Escuela Cursiva y organizado por Libros y Literatura.)
 Este relato formará parte de la antología. 

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