donde no hay miedo, tampoco reproche.
Sublime la brisa que me acaricia,
que me despeina con dulce delicia.
Me roba el aliento, no es avaricia.
Mundo maravilla, como el de Alicia.
Un manto de mil estrellas fugaces
como el vuelo de las aves rapaces.
Sobre el cielo una luna como broche,
un suspiro que dulce amor propicia,
y mi cariño que con fuerza abraces.
No más sonrisas ni besos falaces,
palabras sabias llenas de justicia
y que la mano ternura derroche .
Plantar cara al dolor
y ser audaces,
llenar nuestra vida, somos capaces.
Ese rencor que nuestro espacio vicia,
y es el odio que
nuestra paz codicia,
más la ternura todo lo reinicia.
Que tus ojos no contengan malicia.
Como viajando en un alado coche,
que tu brazo a mi alma por fin se abroche.
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