Octubre huele a leña.
A hojarasca muerta bañada de rocío.
A luz a medio gas y a otoño.
Sabe a castañas y pan con aceite.
Octubre tiene un quejido de crujir de ramas,
de semblante naranja y pintura de ocres.
De mañana fresca y tarde de bohemia.
De café en la ventana y libro, sillón y manta.
Octubre tiene luz propia,
y mirada con caída de ojos.
Pañoleta en los hombros
y abrigo en el alma.
Octubre tiene cadencia de piano,
hilo de lana en las costuras,
cremallera en las botas de suela de barro
y una bufanda de nostalgia en el cuello.
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