Cuando termina el año
solemos hacer balance.
Da igual el resultado
ya no puedes cambiar nada.
Mira al espejo del día,
piensa en el túnel del tiempo
que ha de venir.
Y ahora toma de ese balance:
lo que quieres repetir,
lo que no quieres volver a hacer y
sobre todo lo que te marcó
alma a fuego.
Lo que no te dejó respirar,
lo que abrió tus ventanas
y sobre todo lo que cambio tu mirada.
Lo que te oprimió el optimismo,
lo que te ensancho la sonrisa
y sobre todo lo que se quedó,
queda y quedará en ti para siempre,
como algo imborrable
e imposible de perder.
Hortensia Márquez -
29.12.2015
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