Con la rabia y la pena
en la punta del quebranto
que me hizo descubrir
que nada cambia,
todo es canción de monotonía cobarde.
Se está siempre más sólo
de lo que se piensa y se cree.
Ruido de palabras huecas,
vacías de contenido y
oblongas de forma,
que se prolongan hasta
el hastío y el
absurdo.
En esta soledad no pedida
se descubre que queda de cierto.
Palmadas en el ego
del egoísta que de forma ególatra
te cuenta, que cuenta contigo
siempre, cuando sabemos que
todo es puro cuento.
En los pasillos de los solitarios
muy acompañados, nos reconocemos la mirada.
Pero siempre retomamos camino,
nos levantamos,
curamos,
limpiamos ,
y proseguimos sabiendo
que es un ciclo nuevo
pero igual.
Que la vida es repetir y repetir
esta monótona canción
de soledades en compañía.
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