Por los escalones
desgastados a base
de lametones de tiempo,
sube peldaño a peldaño
un cuerpo abatido,
sombrío y extraño.
Un camino
que no tiene carteles
que anuncien a dónde lleva.
Un pasamano
que atesora huellas sin piel.
Una escalera
repleta de huellas huecas.
En la cima llueve.
Un gota
resbala por las paredes
dejando un caminito
limpio y etéreo.
Hay un espejo sin reflejos
y un cuadro amarillento…
y los peldaños siguen subiendo
hacia un infinito
de lluvia y miedo,
de nada y nube,
de cielo y techo.
desgastados a base
de lametones de tiempo,
sube peldaño a peldaño
un cuerpo abatido,
sombrío y extraño.
Un camino
que no tiene carteles
que anuncien a dónde lleva.
Un pasamano
que atesora huellas sin piel.
Una escalera
repleta de huellas huecas.
En la cima llueve.
Un gota
resbala por las paredes
dejando un caminito
limpio y etéreo.
Hay un espejo sin reflejos
y un cuadro amarillento…
y los peldaños siguen subiendo
hacia un infinito
de lluvia y miedo,
de nada y nube,
de cielo y techo.
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