Abrí las puertas
de un infierno gélido,
se fugaron los demonios blancos.
Ahora viven entre mis dedos
y en la luz de mis ojos,
y todo lo que rozo
se vuelve hielo.
Llueve la noche
y se derrama,
derritiendo mi infierno...
y la vida sube por la piel.
de un infierno gélido,
se fugaron los demonios blancos.
Ahora viven entre mis dedos
y en la luz de mis ojos,
y todo lo que rozo
se vuelve hielo.
Llueve la noche
y se derrama,
derritiendo mi infierno...
y la vida sube por la piel.
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