La lluvia fría de tiempo ancestral
inunda las callejuelas
de todos los pueblos dormidos.
(No se refresca el aire rancio)
y por las viejunas ventanas
salen aromas de guisos sin sal ni carne….
En el “oscuro desván del día”
quedó guardada “una muerte para piano”
que dejó impresa en piel una pluma “lorquiana”.
(Y sigue sin refrescarse el aire rancio)
Han pasado mil días y mil años….
y la luna sigue soñando con cielos de estrellas,
y la niña se peina los cabellos
y la muerte acecha a los esqueletos……
y la vida como si nada….sigue navegando
(El aire rancio sigue pidiendo un cambio)
Yo busco entre los restos de naufragios….
canicas, caricias y un viento más claro.
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