Se pierde la mañana cuando la vida llora,
se quiebra mi silencio, la soledad implora.
Presagios que aparecen con su blanco vestido,
albores de los días, calor de paz sentido.
Se tuerce la negrura, momento tan temido
y crujen las ventanas, de oscuro se han teñido.
Colorido abanico que se abre por la noche,
se cierran las cortinas, se silencia el reproche.
Se mitigan los miedos, la llantina aminora.
En los brazos amigos el sosiego es tan fluido.
Me envuelve luz de luna, su lucero es mi broche.
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