Como sacada de un cuento;
la vida que veo a través de tus ojos.
Con luz propia y cristal nítido.
Como una suerte
de locura sana
y cordura alocada.
Como quimera y sueño.
No cambies nunca esa mirada.
Que tus ojos sigan
este curso de la vida que has comenzado,
con mirada propia,
con sentido propio
y propios los anhelos.
Con sonrisa ancha,
y discurso alegre.
Mirada cálida,
y lluvia que limpia.
No cambies nunca esa mirada.
(a Diego)
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