Sobre la mano
tres lágrimas y un beso.
Las lágrimas las seco
y el beso lo guardo
en cajita blanca cubierta
de plata y oro.
Como tesoro único
y casi extinto.
¡Ay, quien pudiera
ponerle ventanas a la risa!
Poder abrir y dejar escapar
carcajadas que inunden
los valles llorones
y las montañas tristes.
¡Que duelen tanto
los llantos que salen del alma
y que inundan los deseos
hasta ahogarlos¡
Tres lágrimas, un beso
y una carcajada para espantar los miedos.
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