Se bifurca el camino de mi espalda.
Uno lleva a lo acumulado sin un por qué,
el otro a lo que se perdió y no supe retener.
Pasito a paso, por ambos, se llega hasta la nuca.
Coherencia descoordinada y disoluta.
Ambigua sentencia de vida
la que yo misma me dictamino.
Me busqué un mar de palabras
donde poner rumbo a mis desvaríos ocasionales.
Cadencia de sonidos sordos y discordantes.
Sigo envuelta en una duda
que me impide ver más allá de mi mano,
desdoblo las hojas que plegué
esperando aclarar los espacios.
Coherencia carente de sentido si lo miras desde tú prisma.
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