Irreverente tristeza
que te cuelas sin permiso.
Amalgama volátil y hostil.
Serpenteas hasta los rincones más ignotos,
donde la luz no tiene cabida
y los peldaños son escasos y ajados.
Inconclusa pena,
repleta de días sin fin,
de complejas madejas
de añadas telarañas.
Eterna y agónica mueca
que te filtras por el espejo
que refleja las mil caras de mi vida.
Manifiesta melancolía.
Perpetúa cacofonía de acordes lacrimales,
que resucitas en cualquier momento.
Inundas avenidas venales,
las que conducen por su torrente sanguíneo
y hacen diana en el corazón del mismo corazón.
Balada triste para
mañana melancólica.
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