Solita vengo, con las manos en pena, con tristes ojos.
Sollozo mudo, quebrantos apagados, no tengo enojos.
Se partió en trozos la mañana sin roces, busco caricias.
Camino lento, sinuoso tramo amargo, ya no hay delicias.
Cuentos contados desde la pena negra, malas noticias.
Cambiar el rumbo dándole nuevo enfoque, por fin inicias.
Poner abrigo cuando este frío aprieta, calor amable.
Callan las voces cuando el alma nos grita, déjale que hable.
Hoy me levanto con flores en las manos, claveles rojos.
Comienzo nuevo sin fisuras ni miedos, ya no hay malicias.
Mirada clara, sonrisa limpia y franca, semblante afable.
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