Olor a naftalina
en el bolsillo de los trastos olvidados.
Una silueta de marfil
en una cajetilla de cerillas usadas.
Pelusas en las esquinas.
Un botón ajado y un imperdible oxidado.
No queda nada que se pueda salvar.
Trocitos de tarde
guardados en el aparador sin vitrina.
Unos rayos de sol tardío
se cuelan por las grietas de la madera seca.
Brota una margarita
en la tierra acumulada en la entrada,
solitaria y tenaz.
Haciéndose un hueco donde no tiene sentido.
Colores ocres donde hubo rojos y verdes.
Melancolía en las manos y cajón de sastre en los ojos.
(Retratos fugaces de un vacío repleto de vida).
en el bolsillo de los trastos olvidados.
Una silueta de marfil
en una cajetilla de cerillas usadas.
Pelusas en las esquinas.
Un botón ajado y un imperdible oxidado.
No queda nada que se pueda salvar.
Trocitos de tarde
guardados en el aparador sin vitrina.
Unos rayos de sol tardío
se cuelan por las grietas de la madera seca.
Brota una margarita
en la tierra acumulada en la entrada,
solitaria y tenaz.
Haciéndose un hueco donde no tiene sentido.
Colores ocres donde hubo rojos y verdes.
Melancolía en las manos y cajón de sastre en los ojos.
(Retratos fugaces de un vacío repleto de vida).
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