Viajo en el párpado de tus ojos
para no taparte la vista.
Para que me sientas
sin verme.
Para que me añores,
aun estando tan cerca.
Me duermo en el centro
de una molécula.
Pequeña soy,
pero siento en grande.
Sumergida en una lágrima
recorro un camino desconocido,
anodino y ajeno a mí.
Solo espero llegar al punto de destino.
Soy el roce del abrazo,
el resto de piel húmeda del beso,
el fragmento diminuto
que se quedó prendido
en la comisura de los labios
y el rincón olvidado del bolsillo.
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