a una noche repleta de simplezas.
Los segundos van perdiendo fuerza
y los días ganando la batalla.
Atardecer con olor a azahar,
mañana con luz de luna
y noches repletas de
rayitos de sol,
atesorados en un plato de esencias.
Gotas de mar en un charquito de rocío.
Y la vida se me hizo grande
con los trocitos de logros y
los pedazos de “así también me vale”.
Cada día es un suspiro nuevo
y un nuevo querer poder.
Solo me visto con lo que me gusta,
aunque la talla sea grande
o las costuras tengan remiendos.
Vestidos con alas de mariposa
y pamela de vuelo al viento.
Descalza, sintiendo la tierra,
sintiendo la vida.
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