Un vaso de vino
medio lleno,
sobre la mano de una sombra.
La purpurina se cayó
de los labios fríos
cuando las bocas efímeras
comenzaron a gritar.
El silencio trae a la memoria
escasos bocetos reales
de figuras casi extintas.
La sábana ya no cubre
más que unos pedazos
de nostalgia, aderezada
con lágrimas y besos transparentes.
Los recuerdos son volubles.
Tan pronto ríen como lloran.
Te golpean o te abrazan.
Te llaman o te evitan.
Las paredes pintadas
de tardes de humo blanco,
dejan ver figuras en los manchones.
Las cortinas de los ventanales
se mueven como bailarinas
alocadas y torpes.
Los retratos amarillean
en sus marcos de plata sucia.
Todo es reminiscencia de vestigio.
Todo es recuerdo, alejado del presente que intenta atraparlo.
ResponderEliminarBonitos versos. Saludos.
Muchas gracias por leer y por seguirme. Gracias por tus palabras. Saludos¡¡
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