En los oscuros del tío del saco
encuentro miedos ancestrales
que paralizan mis coletas.
Pero la bruja buena del futuro
me contó que son las ganas
las que ganan a los trols.
Las risotadas de un unicornio
me limpiaron las pelusas viejunas.
Jugando a las cartas con un enano saltarín, me di cuenta de que perdía por trampas (de principio a fin). Observando paciente, me aposté mis comisuras. Son el mejor amuleto de las sonrisas, sin miedos, sin dudas.
He viajado desde un pupitre de plastilina
hasta una hoja de miel y ajo.
El trayecto no fue fácil
pero me siento cómoda con mis coloretes.
Tengo dos girasoles y una hogaza del pan.
Un cuadro en negro con un fondo blanco.
Y muchas palabras con alas y luces.
Tengo un cajón de-sastre, hecho a medida. Lleno de libros, globos, gominolas y vida. Mucha vida.
Tengo horas de desvelos, de esfuerzo, de trabajo. Tengo horas de vivencias, de pecas y lunares, de horas de sol y estrellas fugaces.
En las pupilas llevo impresas muchas fotos.
Nada debo y nada pido.
Me acostumbré a cocinar una vida
escasa de sal pero de puchero cálido.
Tengo una mano firme y un corazón blando.
Cuando miro por el retrovisor
sólo lloro por algunas gotas que la tierra absorbió .
En los dedos llevo amores, llevo sueños y luz de velas. Llevo anillos de locura, unas ascuas de candela.
En mi boca quedan ríos de sonrisas y barcas de palabras.
Pero qué bonito que es vivir, cuánta magia se arranca con cada abra-cadabra.
encuentro miedos ancestrales
que paralizan mis coletas.
Pero la bruja buena del futuro
me contó que son las ganas
las que ganan a los trols.
Las risotadas de un unicornio
me limpiaron las pelusas viejunas.
Jugando a las cartas con un enano saltarín, me di cuenta de que perdía por trampas (de principio a fin). Observando paciente, me aposté mis comisuras. Son el mejor amuleto de las sonrisas, sin miedos, sin dudas.
He viajado desde un pupitre de plastilina
hasta una hoja de miel y ajo.
El trayecto no fue fácil
pero me siento cómoda con mis coloretes.
Tengo dos girasoles y una hogaza del pan.
Un cuadro en negro con un fondo blanco.
Y muchas palabras con alas y luces.
Tengo un cajón de-sastre, hecho a medida. Lleno de libros, globos, gominolas y vida. Mucha vida.
Tengo horas de desvelos, de esfuerzo, de trabajo. Tengo horas de vivencias, de pecas y lunares, de horas de sol y estrellas fugaces.
En las pupilas llevo impresas muchas fotos.
Nada debo y nada pido.
Me acostumbré a cocinar una vida
escasa de sal pero de puchero cálido.
Tengo una mano firme y un corazón blando.
Cuando miro por el retrovisor
sólo lloro por algunas gotas que la tierra absorbió .
En los dedos llevo amores, llevo sueños y luz de velas. Llevo anillos de locura, unas ascuas de candela.
En mi boca quedan ríos de sonrisas y barcas de palabras.
Pero qué bonito que es vivir, cuánta magia se arranca con cada abra-cadabra.
(Esta vez añado mi dedicatoria al principio. A ti, lector entusiasta, has de saber que los versos que siguen son de dos medio cuerdas que aún sueñan con la magia de las pequeñas cosas. Escribir con Horten desata el lado imaginario de cualquiera, y a mí que me hace falta poca mecha para prender... ya está el lío montado, jeje. Con mucho cariño).de mi querida amiga Jana para mi
Bonita colaboración la de esta entrega, con los sueños rescatados, que nos dejáis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias amigo¡¡¡ Si que fue una bonita colaboración¡¡ Abrazos.
EliminarEn las pupilas llevo impresas muchas fotos.
ResponderEliminarNada debo y nada pido.
Me acostumbré a cocinar una vida
escasa de sal pero de puchero cálido.
Tengo una mano firme y un corazón blando.
Cuando miro por el retrovisor
sólo lloro por algunas gotas que la tierra absorbió .
Bellísimo, me ha encantado, gracias a las dos @JanaRivera y @horten67 por tan lindas letras cargadas de sentimientos abrazos.
Muchas gracias compañera¡¡¡ Abrazos.
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