Se me fue la mano con la vida.
Dar más, no significa recibir más,
es mejor no esperar nada de nadie.
Los campos de trigo se van secando
y a la mañana le salió un sarpullido negro.
Los coleópteros campan a sus anchas
por los edredones fríos y las mantas de agujeros.
¿Dónde guardé los cuatro rayos de sol estacional?
Hay que corregir y no lamentar.
Los deshollinadores siguen limpiando
el hollín de miles de bocas negras
que escupen verbo gris y oscuro.
Trabajo para un sinfín de vidas.
Hay que buscar soluciones y no lamentar.
Me aferré a esperar un mañana mejor
que la vida me dice que nunca llegará.
El inconformismo me susurra,
pero la aceptación me tiene atada de pies y manos.
Trasnochada ironía de una hora compleja
y anticuada, que sólo busca hacerse notar.
Cuando por fin escape de la falsa comodidad,
me pondré las alas y la capa de notas musicales.
Cogeré mi lienzo blanco y mi pluma
y me iré en busca de mares de tinta
y campos de gargantas libres y oídos limpios.
Pues que esa "inconformista" siga sintiendo y creando todo lo que deposita en sus versos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.