Amanecí a lomos de un Pegaso blanco,
desbocado y aleteando ,
como en un galope alocado y hermoso.
Y es que la vida es
sueño,
ya lo dijo Calderón de la Barca.
Amanecí en colores
y con la boca de fresa,
con las manos aladas
y el corazón crepitando,
en calentito y acogedor.
Amanecí en volandas,
con los ojos abiertos y vivos.
Con la mirada en ancho y alto.
Con calor y color y candor.
Y con las ganas de ver que nunca es tarde.
Que aún quedan tréboles de cuatro hojas
y llaves que abren puertas y ventanas.
Amanecí en dulce de
miel y moras.
En hojaldre de chocolate y
en almendras garrapiñadas.
En corteza de pan caliente
y copa de vino fresco.
Si vuelvo a dormir,
despiértame cuando de nuevo
veas llegar un Pegaso blanco,
con un trébol de cuatro hojas en las crines
y aroma a pan recién hecho.
Bonito amanecer el que describe tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.