Abrí el baúl donde guardo
todo lo que el tiempo me quiso robar.
Me siento en suelo y empiezo el recuento:
Tengo una foto de mi padre,
una muñeca con coleta,
una postal del pasado,
un posavasos con huellas,
una rosa seca,
un anillo de plástico
y algunas monedas en desuso.
Y en el fondo, justos donde no se llega:
tengo unas sonrisas sanas,
unos ojos abiertos y vivos,
una luz en el pelo,
una estrella sobre un escenario,
un libro de poemas y versos,
una canción de mi garganta,
un dibujo de mis manos
y un trapito atado, donde guarde
1001 esperanza.
Parece un cuento y entonces pienso en esas mil y una esperanzas atadas con un trapito.
ResponderEliminarUn abrazo.