Como piedra de molino
que muele sin descanso,
en una constante monótona y aburrida.
No sé si esto me lleva
a algún sitio,
o si no es más que otro machacón
intento de sentir que siento.
Todo me lleva al mismo punto.
La cuchara en el plato,
el vaso medio lleno,
unas migas de pan
y la servilleta manchada con restos.
La imagen me parece un bodegón
de un pintor mediocre
intentando plasmar la rutina
con un pincel repleto de minutos rotos.
El abrigo ya no me calienta,
la bufanda tiene agujeros
y los guantes hace mucho
que perdieron las caricias.
Me queda el gorro de pensar(te),
quizá con él tenga un nuevo día.
Hay muchos momentos parecidos pero todos, en ese bodegón de "nuestra vida", tienen su importancia.
ResponderEliminarUn abrazo.