Me levanté con hambre.
En la nevera tengo
una lata de buñuelos de besos,
tres o cuatro pedazos de sonrisas,
un litro de aroma de la mañana
y unos gajos de esperanza.
Si me hago una ensalada,
sólo me faltaría un buen aliño.
Un chorrito de vinagre de tiempo,
tres cucharadas de aceite que resbala
y una pizca de sal de sueños.
Aderezo con las manos esta ensalada reparadora.
Me siento frente a la ventana de ver sólo cielo,
y me limito a comer y observar como las nubes
se transforman en monstruos, brujas y
algún que otro ogro de corbata y chaqueta.
En aquella nube aparece una ninfa
que juega con golondrinas y flores.
¡Oh, oh¡
Me parece que el vinagre tenía algo más que tiempo
o los sueños de la sal eran más que sueños.
Sea como fuere, de aquí hoy no me muevo.
Si me permites, me apunto a esa ensalada, o a una parecida, ya que por la pinta es "deliciosa". Gracias por estos versos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.