Etiquetas

1984 (1) 1986 (1) 1988 (1) 1991 (1) 2013 (1) 2014 (25) 2015 (8) 2016 (6) 2017 (89) 2018 (355) 2019 (261) 2020 (74) 2021 (12) 2022 (4) 2023 (2) 5palabras (21) 8M (1) acrosticos (12) agosto (1) Álvaro (1) anagrama (1) Bussokusekika (1) Chöka (10) colaboración (17) concursos (2) copla (4) cuartetos (1) diciembre (2) Gogyõka (1) Haibun (10) haikigo (1) Haiku (34) hokku (59) japonesa (147) Jotabé (81) lipograma (5) lira (6) microcuentos (25) micropoema (31) mondö (3) Müki (32) PLAGIO (1) poesía (483) prosa-poética (7) Rebktd (1) relato (20) sedoka (6) Senryu (65) septiembre (1) Shadorma (3) somonka (3) soneto (5) tanka (17) tankaknat (14) trova (2) verso-libre (112)

¿Que es Entre Palabras?

Este es un espacio donde poner en orden todas las palabras que se agolpan en mi cabeza, en forma de poemas, pensamientos, reflexiones... todo lo que aquí está escrito es de mi autoría, y si algo no lo es nombro al autor.

- Haijin de poesía Japones y Senpai conseguido en la escuela de poesía japonesa "Sociedad secreta del Haijin" con Logan // Sensei de poesía japonesa en el Taller "Haru no Mizu" en Poémame.com

- Responsable del departamento de Rima Jotabé Oriental

- Editora y coordinadora de comunidad en poémame

Amante de la palabra en todas sus formas.
Soy Hortensia Márquez Chapa. ¡Bienvenido/a!

domingo, 18 de marzo de 2018

Aprendiendo(me)


Y aprendí a vivir con lo puesto,
con lo que viene de fábrica.
Sin extras, sin ayudas.
Aprendí que llorar no es una opción,
es una necesidad para el alma,
y para los ojos, y para el desahogo.

Que uno más uno, muchas veces no son 2
son menos 2 , son menos que 2.
Que levantarse después del golpe,
está directamente relacionado
con las ganas que tienes de seguir.
Que ahuyentar el miedo es casi una constante.
Que por más que pongas el reloj en hora,
siempre atrasa o adelanta.
Que soñar despierta, también es sueño.

Pero también aprendí  a quererme,
a soportar los quebrantos del corazón
y hacerles quiebros,
y a mirar en los espejos limpios,
a sonreír cuando llora el alma,
y a llorar contigo.
Aprendí que cuando escribo
me derramo y me acomodo al papel,
y me adapto y me libera los fantasmas.

Aprendí a aprenderme,
a conocerme,
aceptarme,
soportarme,
y sobre todo valorarme.

2 comentarios:

  1. La vida nos va enseñando todo eso que dices en tus versos.
    Un abrazo y feliz domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La mejor maestra, la vida¡¡¡ Un abrazo, y gracias por estar siempre ahí¡¡¡ Un saludo.

      Eliminar