Quisiera hacerle un canto a
la primavera,
pero es que yo soy más de otoño.
Hablar de las golondrinas que vuelven,
como ya lo hiciera el poeta.
De los sentidos que se abren
y quieren explorar vida en la vida.
De madreselvas y arroyos.
Pero es que yo soy más de otoño
y no sé si voy a saber contártelo.
Hablar de la luz del sol que estalla
que inunda y caldea mi habitación y mi cuerpo.
De amapolas y margaritas deshojadas.
De almendros en flor y olor a azahar.
Pero mira, casi que lo dejo,
que yo no puedo, que yo soy de otoño.
Contar y cantar un canto de vida que se abre.
De un geranio en la ventana
y un clavel en el pelo.
De unos ojos que brillan
cuando la luz de tu primavera
pase delante de su primavera.
Definitivamente, lo dejo,
no sé si puedo,
es que yo soy más de otoño,
no entiendo de primavera.
Y es que la primavera sonríe al leer tus versos, seguro...
ResponderEliminarUn abrazo.