Busco en cada esquina
el trozo de corazón,
que perdí una mañana
de sol caduco y niebla baja.
Los pasos son inseguros,
irregulares y extrañamente cortos.
Si sé que corro,
¿por qué no avanzo?
Como en un mal sueño,
las calles están vacías y
las esquinas se volvieron redondas.
¿cómo voy a buscar ahora?.
Compro un trocito de esperanza
y pago con calderilla de sueños.
Lo acomodo al trozo que me falta
y me llega un calor con color
de todo-puede-ser que
despierta mi sentido común.
¡Aún estoy aquí!
Seguro que esa "calderilla de sueños" es un hermoso tesoro.
ResponderEliminarUn abrazo.